domingo, 23 de junio de 2013

El almacén del Cholo

Gran parte de mi infancia transcurrió allí. El almacén de barrio o ''lo del cholo'' como le decíamos todos. Este lugar quedaba a la vuelta de mi casa, por lo tanto cualquier cosa indispensable del hogar la íbamos a buscar ahí.

En el caso de mi familia siempre me tocaba a mí ir a lo del ''Cholo'' a comprar cosas. Tampoco puedo decir que no me gustaba, sino todo lo contrario me fascinaba. Siempre había gente más grande que me preguntaba por mi abuelo/a o por mi viejo. Además cada vez que salía del local me robaba una gomitas verdes de eucaliptos que me las terminaba antes de llegar a casa.

A lo del ''Cholo'' iba todo el barrio, mi abuela y su hermana - que según dicen las malas lenguas fueron los tres juntos a la escuela y repitieron más de una vez segundo grado - mis tías y mis primos y de vez en cuando mi hermana. El que más iba siempre era yo. A veces pasaba mucho tiempo hablando con ''El Cholo'' - Pablo González para los amigos - de la gente que vivía antes en el barrio, sobre lo que hacían los hermanos de mi abuela, uno de ellos timbero y el otro timbero también, entre otras cosas - juramos hace mucho tiempo que no hablábamos puertas afuera de los vaivenes laborales de la familia.

En fin, el día que cerró ''El Almacén La Falda'' no solo se cerró el legado familiar de la familia González sino que desapareció ese punto de encuentro del barrio en donde todos nos enterábamos de todo y donde yo me robaba las gomitas verdes eucaliptos. 

Tiempo antes de que ''El Cholo'' bajara la persiana por última vez mi abuela me contó como llegó a la manos de la familia González la llave de ese local ubicado en la primera cuadra de la calle Witcomb. Palabras más, copas de vino menos la vieja - así le digo amorosamente a la madre de mi padre - dijo: ''Ese almacén lo abrió mi papa Pío hace como cincuenta años y estaba ubicado unas cuadra antes, del otro lado de la calle Samiento''.

Resulta que mi abuela tenía razón, la historia era correcta. Mi bisabuelo Pío había sido dueño de un almacén que se encontraba en calle Witcomb antes de llegar a Sarmiento. El local era atendido por él mismo. Luego de varios robos consecutivos ya había pensado en dejar la actividad pero toda la familia opinaba lo contrario. Una noche fría de invierno un último cliente entró al Almacén de Don Pío y sin mediar palabra disparó con una escopeta. Dicen que el ladrón se llevó mucho dinero y algunos alimentos. Pío mientras tanto resultó herido gravemente y le llevó mucho tiempo recuperarse. Cuando el padre de mi abuela volvió a su casa se encontró con Don González que vivía en la misma cuadra - el hijo de éste hombre iba con las hijas de Pío a la escuela - y en ese preciso momento se hizo adquirente del viejo almacén. 

El día del cierre definitivo en el siglo XXI de éste histórico almacén ''El Cholo'' me dijo: ''tengo algo guardado para vos''. Acto seguido me entregó un cuadro de tres  gatos jugando que él había encontrado colgado en el primer local que había sido de mi bisabuelo Pío. Al poco tiempo, le dí ese cuadro a mi abuela y hoy está colgado a la vista de todos en la galería de la casa de ''La carmen'' hija de Don Pío, quien alguna vez supo tener un almacén, que tiempo después fuera de Don González y más tarde perteneciera a su hijo que lo conocimos en el Barrio La Falda como el almacén del ''Cholo''.
     

1 comentario:

  1. No siendo del barrio y todo, medio que me sentí parte durante muchos años. Todavía me acuerdo la cantidad de paquetes de rosquitas y coca cola que comprabamos en tardes de ensayo o hueveo...
    Un grande el Cholo, y mirá que me saludaba siempre con un "¿qué hacés cara de caballo?" jaja

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