jueves, 7 de noviembre de 2013

Estacionando el auto

Después de un trámite fallido en el banco tenía todo listo para que eso de dormir la siesta salga bien – si duermo la siesta, vengan de a uno. No encontré lugar para estacionar cerca de casa. Di varias vueltas con el auto y finalmente, a la vuelta conseguí lugar sobre la cochera de un comercio abandonado. Bendecidos por la sombra de un árbol se encontraban los chicos que viven en el departamento que veo desde la ventana. Ellos tienen, digamos, un negocio artesanal en franca expansión. De noche trabajan y de tarde toman cerveza en la vereda.

Una vez terminada mi maniobra, bajé y les consulté:   - ‘’Muchachos se puede estacionar acá?’’
  
   -  ‘’Si, si, no hay problema loco. Además lo estacionaste re zarpado – risas de ebriedad vespertina.

Acto seguido me bajé y los nuevos vecinos me contaron que el día anterior los ‘’gatos’’ de la Grúa se habían llevado una camioneta pero, de la vereda de en frente. La oración terminó con una puteada y un ‘’se quería matar’’ y otra vez las risas.

Buscando cómplices para una posible nueva visita a mi vecino del primero A, les conté mi historia y mis corridas nocturnas buscando que el disociado neuronal deponga su actitud. Antes de que termine de explicar los hechos, agregaron, ‘’claro, vos sos el flaquito que vemos subir y bajar con la basura todas las noches. So re limpito vo’’.  Risas nuevamente. Un nuevo parroquiano se acercó y pidió beber del santo grial de los vecinos.  
      
Antes de irme, dijeron que me avisaban si la grúa me levantaba el auto. Por último, con vos ronca señalaron ‘’Si te pasa algo a vos o a la chica alta con la peque de rulitos, nos avisas loco. Viste que nosotros cuidamos la manzana’’. No hubo risas.

Esta comunión religiosa barrial debía ser sellada con su ritual. No podía desconfiar, ni decir NO! Uno de los muchachos estiró su mano y me miró fijamente. ‘’Tomate un trago’’ exclamó.

Debo decir que para ser las tres de la tarde la cerveza estaba bastante fresca.

Es bueno hacer nuevos amigos en el barrio. Algunos dirán que me gusta hablar mucho o que no se decir que no, pero yo creo que esa botella selló una nueva amistad. Un ritual que suplantó mi siesta y me hizo sentir que hay gente que se preocupa por el barrio aunque bueno, se dediquen a un trabajo un tanto peligroso.


  

martes, 5 de noviembre de 2013

Buenos vecinos

A la hora de dormir después de un día en el que me levanto temprano para ir a trabajar, no soy muy exigente para conciliar el sueño. Es decir, si se escuchan los autos o si algún vecino grita no me perturba. El tema es cuando se juntan el pelotudo del primero A y su cómplice del segundo A, que comparten la misma disociación neuronal.

Uno puede escuchar música, puede mirar tele, puede juntarse con amigos pero hay que pensar en el forro - que soy yo y CIA - que viven al lado. En los complejos habitacionales - porque para ser bien hay que decir complejo a los departamentos - hay que pensar en el otro. Después lamentan cuando el perro convulsiona y deja de caminar pero cuando ladró, te cagaste en el de al lado master.

Entonces, el forro, quien aquí remite, se pone un jogging y una camisa y comienza la recorrida – cual Jason cruzando el bosque - para hacer lo que el resto de los vecinos no hacen, que es tocar el timbre, poner cara de simpático y decir "por favor podes bajar la música un poquito?'' El disociado neuronal te mira aturdido por su negligente manera de tocar la guitarra y agrega ''uhh no me di cuenta''. Te vas a dar cuenta el día que te cague en la puerta y pises el sorete en patas, afirmo mentalmente y me retiro.

Si bien esta situación se ha repetido sólo en un par de ocasiones, el simple de hecho de tener que bajar semi dormido y pedir por favor que piensen en los que quieren dormir, me parece más violento que el relato en si. Porque como no vas a pensar que pared por medio hay otra persona o grupo familiar?


En conclusión, el disociado ahora toca la guitarra y pone la música al palo al mediodía pero nunca se sabe cuando puede volver a atacar. Para la próxima me compro la máscara y la motosierra.